El comienzo de la historia de Legorreta apenas difiere del origen de muchas otras villas guipuzcoanas. Es fácil suponer que, en impreciso momento, a orillas del Oria y en las lomas de nuestros montes se fueron asentando las primeras familias que formarían un núcleo de población estable en torno a la casa o al solar de Legorreta. De esta casa sabemos era oriundo Sebastian de Legorretazarra, militar de las huestes de Lope de Haro, conde y Señor de Vizcaya, al servicio del rey Fernando III de Castilla en la toma de Baeza el año 1227, según lo acredita Lope Martinez de Salazar apoyándose en las insignias que poseía el señor de Legorretazarra certificadas por "el rey de armas Gerónimo de Villa de Madrid ".
Así, pues, alrededor de la vieja casa solar de Legorreta, rebautizada en boca del pueblo como Legorretazarra, creció una agrupación de casas de labor agrícola a la que los lugareños llamarían Legorreta.
En año 1399, cuando Legorreta se une a Villafranca (hoy Ordizia) lo hace en calidad de "lugar", sinónimo de aldea. Es decir, una pequeña agrupación de casas quizás con una pequeña iglesia o ermita. Para entonces, Gipuzkoa era ya una realidad territorial madura y en pleno proceso de constitución como hermandad provincial. San Sebastián tenía más de dos siglos de vida puesto que el rey Sancho el Sabio de Navarra la había fundado hacia 1180 al objeto de asegurar una salida al mar para su reino.
Aquellos años finales del siglo XIV, marcados por la inseguridad y el vacío de poder, fueron propicios para las agrupaciones entre villorrios y lugares disgregados.
Una vez pacificado el país y distendidas las relaciones con Navarra, a comienzos del siglo XVII los lugares agregados a Villafranca no encuentran ya razón para esta unión y manifiestan su voluntad de recuperar plena potestad administrativa.
Por fin, el año 1615 Legorreta rompe su unión con Ordizia. Comienza entonces a escribir su propia historia.
Legorreta adquirió el título de "Noble y Leal Villa" por Real Privilegio del 4 de febrero de 1615. Para ello, entre sus 108 familias tuvieron que pagar al Rey 25 ducados (en adelante, duc.), más 150 duc. por la escritura (cantidad que el historiador Serapio Múgica calculó equivalían a 7.425 pts. de las de 1918).
El documento de segregación constituye el primer censo que tenemos de Legorreta. Al pie del documento firman los siguientes vecinos: Martín Gonzalez, Lope Iñiguez de Garicano (quien hace constar oficio: carpintero), Miguel de Mucurullo, Pedro Ibáñez de Eguino, Juan de Aljobin, Ochoa de Urdaneta, Juan Martinez de Aulia, Juan de Beretesagasti, Juan Garcia de Oriar, Ochoa Beltrán de Donemiamor, Juan Míguelez de Alzaga, Juan Astiz de Eguinobarrena, Juan de Asiarain, Martín de Iriarte, María de Eguino (la única mujer), Juan de Duramia y Miguel de Beretesagasti.
Tomado del libro escrito por ANTXON AGUIRRE SORONDO titulado LEGORRETA. LA VIDA EN UN MEANDRO.